Como Dumbledore con su pensadero, me interesa volcar los pensamientos que considero importantes en algún lugar. Uso este blog para no olvidarlos, para recurrir a ellos de forma más explícita y menos distorsiva que en la mente misma, y también para compartirlos. Aunque no escribo específica ni únicamente sobre educación, soy maestra y educadora de alma, y este tinte estará presente en todas y cada una de mis palabras.
Así, los dejo flotando en el ciberespacio y en la posibilidad de cada uno de adueñarse de estos pensamientos, sin la necesidad de una varita mágica, pero con el requerimiento de una suspicacia particular.



domingo, 30 de enero de 2011

La Diferencia

Muchas familias desean tener alguien en su casa, “que se ocupe de los chicos”. Ya no buscan simplemente personas que los cuiden, que velen por su seguridad y atiendan el teléfono y el timbre, en caso de que suenen. Quieren algo más, con justa razón, dado que se trata de encomendar parte de la educación de sus hijos a esas personas.

Se está poniendo de moda el concepto de “niñera pedagógica”, que haría La Diferencia. Si la persona que está a cargo ha estudiado, tiene un conocimiento extra con respecto a los pequeños, tendrá entonces, otra responsabilidad e idoneidad. Si no se especifica tanto la búsqueda, de todos modos, se trata de tomar personas que tengan estudios terciarios o universitarios, que se muestren cultas y con sentido común.

Pero, muchas veces, esas mismas familias que con dedicación buscaron una babysitter profesional, que es lo que merecen sus niños, no quieren pagar por ello, desvalorizando el trabajo y la persona que ocupará tal rol. Es poco lo que se está pagando por este tipo de trabajos, por más formación que uno tenga. A pesar de haber encontrado la persona ideal, que coincide con el perfil que se busca, se prefiere encontrar otra que cobre menos, en muchos casos… total, qué tanto se puede perder… cuál puede ser La Diferencia…
Creo que esta desvalorización no es distinta de la que hay hacia los maestros, a quienes se desautoriza frecuentemente, o se chantajea exigiendo cosas a cambio de la cuota que se paga.

¿Qué es lo que hace La Diferencia? ¿Por qué algunas cuidadoras se destacarían por sobre otras? ¿Cuál es La Diferencia entre quienes estudiaron, se formaron, tienen sentido común y quienes no? O sea, ¿cuál es ese plus por el cual, insisto, se debería pagar y no se paga? Hay un plus que no se está valorando en toda su importancia…

He presenciado muchas escenas lamentables, en las que chicos maltratan a sus niñeras, y hasta son muchas veces maltratados por ellas, quienes no muestran capacidad de reaccionar de otra manera, ponerse en otra postura, educar al chico como corresponde, desde su rol.

En el momento en que el padre no está y el niño está a cargo de la cuidadora, todo depende de ella… y cuántas más horas estén juntos, más influirán esos ratos en la formación integral del chico. En cambio, los padres, cuantas más horas necesiten una persona para estar a cargo, menos quieren pagar, en pos de reducir sus gastos… olvidando la huella que dejará esa persona a cargo en sus hijos, y dejando de lado el objetivo de educar comúnmente a los niños, con criterios que se asemejen y valores que se sostengan.

Chicos que dejan la comida que se les preparó con dedicación y hasta ellos mismos eligieron, que frente a la ausencia de los padres, trasgreden las reglas que ellos se empeñaron en enseñarles, chicos que ensucian, rompen, descuidan, y, sobre todo, chicos que hablan y se comunican con desprecio y malos modales hacia quien esté cuidándolos y educándolos mientras los progenitores no se encuentran.

Aquel padre que pagó lo menos posible por el trabajo de la persona que ocupa ese rol, ha conseguido también que no se les exija a sus niños pedir “por favor”, decir “gracias”, valorar lo que se tiene, cuidar las pertenencias, relacionarse amablemente con los demás, respetar a los adultos que lo rodean. En esas pequeñas grandes cosas se encuentra La Diferencia.

Creo que son demasiado importantes (casi diría pilares en la educación de los niños), como para no tenerlas en cuenta. Y ya que a veces como padres no se puede estar las 24 horas del día con los chicos (también sería insano), deberíamos buscar que los educadores que acompañan su crecimiento en esos ratos, sostengan y hagan sostener al menos esos valores básicos que todos queremos para nuestros niños…

Porque, como padres, solemos  sorprendernos de cómo son y lo que pueden llegar a hacer, de sus caprichos y mañas, nos enojamos, no los comprendemos, buscamos terapias que remedien algo a lo que nunca le encontramos sentido ni raíz; y quizá se encuentre ese sentido y ese origen en estas pequeñas cosas que descuidamos, por ahorrarnos unos pesos o por no focalizar nuestra atención donde deberíamos.

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